Yo, pecador

Leo hoy en elpais.com que el Vaticano ha ampliado la lista de pecados, dice tal que asín: "El obispo Gianfranco Girotti, director del Penitenciario Apostólico, organismo que supervisa la confesión y las indulgencias plenarias de la Iglesia católica, fue el encargado de alargar la lista, en una entrevista a L'Osservatore Romano, órgano de prensa del Vaticano, titulada Las nuevas formas del pecado social.
Uno no ofende a Dios sólo al robar, blasfemar, o desear la mujer del prójimo", dijo Gianfranco Girotti en referencia al texto que, según la Biblia, dictó Yahvé a Moisés, "sino también cuando uno daña el medio ambiente, participa en experimentos científicos dudosos y manipulación genética, acumula excesivas riquezas, consume o trafica con drogas, y ocasiona pobreza, injusticia y desigualdad social".
Los nuevos pecadores están por todos lados y esta campaña de sensibilización se debe a la "disminución del sentido de culpa", según señala Girotti. Los datos demuestran que tan solo un 60% de los católicos acude al confesionario. "Es necesario relanzar este sacramento", dijo Girotti, "que ya hace años está en crisis".

Alucino en colores. Se supone que una religión de paz, amor al prójimo y perdón debería alegrarse de que disminuyera el sentimiento de culpa, esa lacra que ha atormentado y atormenta la vida de millones de personas entre las que un servidor se incluye.

Hace bastantes años, sino siglos, que la Iglesia vive fuera de la realidad y desde el punto de vista marketiniano ahí está su talón de Aquiles. Veamos: venden el mejor producto: la salvación eterna; disponen del manual de referencia y libro más leido: la Biblia; tienen sucursales (iglesias) por todo el mundo (en España no hay pueblo sin Iglesia ni Coca Cola) y disponen de un equipo de ventas único (millones de sacerdotes) que propagan la fe por el mundo. De hecho la palabra y concepto propaganda viene de la encíclica de no me acuerdo qué Papa de propaganda fide (para la propagación de la fe).

En fin, que estos activos tan cojonudos les han durado la friolera de más de dos siglos (se dice rápido y pronto).

Añadir nuevos pecados y azuzar el sentimiento de culpa es hacerse el harakiri, por eso, hoy más que nunca grito a los 4 vientos YO, PECADOR.

>VBP