14/3/08

La fascinación del mal

¿Por qué nos fascinan los malos de las películas?, ¿por qué si asesinan, matan, roban, prevalece la imagen de rompedor, creativo, cabroncete, frío, inteligente, etc, etc...?.
La psiquiatra Joanne Intrator, del hospital Mount Sinai de Nueva York, imparte un curso titulado «El psicópata en la realidad y en el cine», en el que explica cómo las películas permiten que se dé tal identificación. Los espectadores acuden a los cines movidos por una curiosidad natural, pero una vez dentro de la sala, se llega a un acto de voyeurismo dotado de una gran carga emocional. La doctora Intrator dice que el cine «nos permite gozar del placer del voyeur. La sala a oscuras adormece nuestra conciencia moral y nos permite concentrarnos en un estado interior que se inhibe de las limitaciones del superego (conciencia). En la oscuridad disfrutamos, aunque poco conscientemente, de un placer violento y sexual sin, al parecer, ningún coste».

Al igual que en el cine, en el día a día tiende a existir una preferencia por los cabronazos por encima de los buenazos. Según esa estúpida lógica los malotes son cool, rompedores, creativos, rebeldes, inquietos, outsiders y demás eufemismos.... y los buenazos son panolis, lelos, gente que está pidiendo ser pisada, repipis y otra larga ristra de estereotipos.
El bien no vende. La bondad está asociada a la subnormalidad.
En una sociedad tan reglamentada nos fascina aquel que rompe las reglas porque quisieramos ser nosotros quienes nos liberaramos de esas cadenas que vivir en sociedad nos impone. Mientras esto ocurra siempre tendran bula personajes como el Solitario, Gil, los Albertos, Mario Conde y siempre seremos los anónimos integrantes de la clase media quienes paguemos el pato.
A mí se me ha programado para que esto no me valga y mientras no me actualicen el software viviré la experiencia vicaria de ser malote a través de Lecter y compañía y luego, como un panochas, iré a hacer mi declaración de la renta.
>VBP

1 comentario:

Mauricio dijo...

Seria interesante mencionar las fuentes bibliograficas de donde saca la historia que se especifica. en este caso, El libro "Sin Conciencia" del autor Robert Hare. (P. 109)