El Justiciero

Gracias a la generosidad de mi querida amiga Sonia (y su marido Carlos), en el otoño del 2002 me hice con mi primer coche: un AX TSE 1.1 matricula de Orense que desde el primer día bauticé como Justiciero de la noche.

Para mí que soy mitómano, materialista y fetichista y además me apasionan los coches (y los radares, pum, pum!!) es imposible describir la sensación de conducir por primera vez un coche de tu propiedad. Recuerdo que lo primero que hice fue ir a ver una peli al Kinépolis a la sala 25 por el culo te la hinco que era Hannibal. El justiciero no tenía 5ª marcha, se calentaba como una perra en celo, no le funcionaba el velocímetro por lo que había que cambiar a oído, había que frenar antes incluso de que fuera necesario, pero con todo tenía una personalidad propia.

En él y con él he vivido momentos memorables y por ello imborrables.

Recuerdo la ostia que me calcé después de la mudanza de Ponchi. Se me saltaron las chofas por fuera de la ventanilla y viendo menos que un pez de goma me empotré contra una furgoneta. Salía humo hasta de la guantera y después de esperar media hora como si nada. Estaba hecho de una pasta especial y hasta las ruedas, que eran tamaño mountain bike aguantaban lo que le echaras.

El día que lo dejé en el concesionario para recoger mi coche nuevo, tuve la sensación de que lo abandonaba, de ser rata traidora y olvidadiza y creo que de su capó salió un ronco cabróoooon!

Justiciero de la noche,

Justiciero de la nooooooocheeeeee!!!

>VBP