
Sin justificar lo que ha hecho, la verdad es que como ex-empleado de un callcenter entiendo perfectamente a la Vane. Con una media de 140 llamadas por día, teniendo que pedir permiso para mear o rilar y aguantando cientos de gilipollas resentidos es normal que acabes explotando. Está claro que no debes morder la mano que te alimenta, pero ese alimento no puede cifrarse solo en la nómina. Hay que humanizar los centros de trabajo y las empresas que contratan callcenters deberían ser conscientes desde el punto de vista marketiniano de la importancia de tener buenos y motivados profesionales en esta pata de su mix de marketing. Muchas veces el 902 de turno es la primera (y a veces última) voz de la empresa y la primera y última OTC (oportunity to contact). Si la cagas, las cagao pa los restos y de nada vale que te gastes la talegada en campañas de publicidad para vender humo.
Así que ya lo sabes empresa encantada de conocerte, menos vender reputación y cambios de logo y más atención a tu gente, así te evitarás que acaben llamando (a veces con razón) gilipollas a tu mayor activo: el cliente.
>VBP
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