8/8/08

Al rico product placement para el niño y la niña

El product placement es una de las tácticas o herramientas del marketing que más lucen, para bien cuando están bien integradas y para mal cuando son un pegote.
Pintan bastos cuando uno de los pocos territorios vírgenes publicitariamente hablando ha pasado a la categoría de terreno conquistado. Vemos en la foto un product placement de McDonalds en uno de los informativos que emite la cadena KVVU de Las Vegas. Aún siendo obvio que nunca ha habido información objetiva y que todo tiene un sesgo especialmente político y comercial, unos informativos pierden su mayor activo, la "credibilidad", cuando abiertamente publicitan en sus informativos los productos de una cadena de Fast food o lo que sea. Una cosa es explotar tu imagen fuera del contexto en el que desarrollas tu labor (que es el que te da el caché y que puedas pedir la talegada). Ejemplo: Matías Prats para ING, y otra cosa es que ya directamente te pongas a apoyar en los informativos el frappé de McDonals. Cualquier medio informativo hace una criba previa (agenda-setting) y no emite lo que no considera oportuno, vamos, lo que pueda molestar a sus dueños-accionistas-inversores. Hasta ahora ésto se ha hecho de una forma sutil, pero esta acción supone toda una declaración de intenciones: “señores espectadores, McDonalds nos paga, y muy bien, por anunciar su café con leche fresquito, así que ni de coña voy a decir nada ofensivo contra ellos y silenciaré toda aquella noticia que pueda tocarles los cojones e idem de idem respecto al resto de corporaciones que se deja la talegada en sus planificaciones de medios y tienen a bien elegir esta cadena amiga que, mientras aflojen la mosca simpre será fiel aliado de sus intereses”. Desde luego, quedan desacreditados de por vida ambos presentadores, por vendidos, y la cadena por seguir la táctica de pan para hoy y hambre para mañana. También queda desacreditado el hamburguesero por permitir que los ejecutivos de cuentas de la agencia (2 Barbies y 2 Kents) le coman la oreja vendiendole ruido mediático y se deje llevar por los criterios habituales del sector: que se hable de mí aunque sea mal, ande o no ande burro grande y mira qué índice de notoriedad tengo. Recordames que no hay que ser notorio a cualquier precio y que el ruido es la forma más diabólica de notoriedad (las dos frases con copyright Marketingman).
>VBP

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